A ti también te amo, aunque no lo parezca.
Me gusta estar contigo, quedarme entre tus brazos,
sentir tu cuerpo cálido,
el tiempo detenido,
mi piel bajo tu mano la registro despacio.
Y así con la mañana el café, el desayuno,
tu amor que me rodea,
vapor de flores rojas y hojas de castaño.
Bajo la ducha pesa mi pelo humedecido
y al salir tú me esperas,
me sonríes.
Ay, cómo voy a decirte,
cómo.
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19 de marzo de 2010