miércoles, 27 de julio de 2011

Oda al frigorífico

Estoy superfeliz porque tengo un frigorífico,
como sólo se puede estar teniendo un frigorífico
de dos puertas espectacular.
Y me imagino
llenándolo con flores de tu huerta
convertidas ya en tomates y calabacines,
en berenjenas, peras y sandías,
llenándolo con flores
que ya son uvas que ya es vino
y me imagino
el banquete de amor que me prepararás
con semejante invento.
Y estoy superfeliz porque este frigorífico
es la prueba más grande
(y fíjate que es grande)
de que me amas, amor,
de un modo incombustible,
del modo comestible en que sólo tú me amas.

---------

22 de julio de 2011

sábado, 23 de julio de 2011

Planchar para no pensar

Me gustan las conversaciones cara a cara,
no me resigno a los chat
aunque a veces
yo también caigo en la trampa
de una conversación de dos horas que habría sido,
dónde va a parar,
mucho más agradable en el banco de una plaza.

Recuerdo un tiempo en que
para ver al chico que te gustaba
tenías que esperar a verlo pasar por tu ventana
camino del gimnasio.
Ahora
esperas verlo conectarse al facebook.
Dentro de poco
será imposible pasar un día solo.
Espero no comprarme nunca un aifon
¿te imaginas? tol día con el whatsApp
interrumpiendo pensamientos sin ningún interés
pero que al menos son tuyos,
pero que están ahí para algo,
para llenar tu vida de ti mismo,
eso de lo que todos huímos
                               con el facebook.

Yo también tengo mis técnicas:
planchar para no pensar,
planchar para no sentir.
Al menos no contamino
mi no sentir con ideas de otros,
con la excursión de fulana al Atacama,
con la pasión de mengana por la rumba.
Sed sinceros: no es lo mismo
que te lo cuente en persona marcándose unos pasos.
Como diría mi Sanz: es distinto.
Y a lo mejor me lo merezco.

---------

19 de julio de 2011

domingo, 17 de julio de 2011

Conclusión vana

Yo te miro
más allá de tus ojos,
te encuentro
más allá de tus manos.

Y esta capacidad mía
de verte
más allá de lo que me muestras
no me sirve absolutamente para nada.

---------

Julio de 2011

lunes, 11 de julio de 2011

El mismo andén, la misma lluvia

Ya no sé dónde estoy. No lo sé.
Escondida
tras una bruma de amores y de engaños
me siento respirar,
la humedad suspendida
me envuelve, me acaricia, me ilumina,
cubre mi piel sedienta
y mi mente imagina
que me amarás igual aunque pasen los años.

Dolida estoy, por esa ondina,
tranquila y sosegada en fin, por otra parte,
por otros ojos, por otras manos
que me dan la quietud que nunca tú me diste
-tal vez por eso mismo-

y el deseo.
Aunque te siga amando.

Te odio también a ti, ¿por qué me miras
a través del espacio de tus versos?
¿Por qué me escribes a mí, que en teoría
no te leo, no te amo y amo a otro?
Por qué vuelves a mí, que en poesía
me persigues, me encuentras, me desgranas.
Cuánto te eché de menos mientras eras mi esposo.

Hoy no hay parte de mí que no te recuerde
ni día en que no te escuche
deslizar una broma
tensarme cada músculo de miedo a perderte
-valiente paradoja-
teorizar sobre juegos, llevarme al paraíso
con tu voz grave y dulce
que hacía vibrar la tierra.

Ay amor que me haces soñar otros amores
posibles, otras desgracias,
emociones más fuertes, sentimientos más hondos
que los que en mí despertabas
como probando que posible fuese
amar más de lo que contigo tuve.

Ay amor que vives en esta casa
que no conoces, que vienes
conmigo hasta mi tren cada mañana.
Al pasar por tu calle, alegre, que fue la mía,
me consuela, me redime
acercarme a tu esquina y cada paso
que tú repetirás por la acera de enfrente
-el sol estará más alto pero a mí me vale con tu imagen-
evitando a la gente para pisar el mismo andén
la misma lluvia
te hará sentir que al fin y al cabo
esta vida de ahora ya no es nuestra vida.

---------

Marzo de 2010