Mito de las Danaides

Extraído de Los Mitos Griegos, de Robert Graves

El rey Belo era hijo de Libia y Posidón. Su esposa Anquínoe, hija del Nilo, le dio dos mellizos, Egipto y Dánao. A Egipto se le dio Arabia por reino, pero subyugó también la región de los melámpodes, a la que dio su nombre de Egipto. Le nacieron cincuenta hijos de diversas madres libias, árabes y fenicias. Dánao, enviado para que gobernase Libia, tuvo cincuenta hijas, llamadas las Danaides, nacidas también de varias madres náyades, hamadríadas, princesas egipcias de Elefantina y Menfis y etíopes.

Cuando murió Belo, los hermanos mellizos se pelearon por la herencia y como un gesto conciliador Egipto propuso un casamiento general entre los cincuenta príncipes y las cincuenta princesas. Dánao, sospechando un complot, no quería consentir en ello y, cuando un oráculo confirmó sus temores de que Egipto se proponía matar a todas las Danaides, se dispuso a huir de Libia. Con ayuda de Atenea construyó un barco para él y sus hijas —el primer barco de dos proas que se hizo a la mar— y navegaron con rumbo a Grecia.

Desembarcaron cerca de Lerna, donde Dánao derrocó al rey argivo, Gelanor. Dánao llegó a ser un gobernante tan poderoso que todos los pelasgos de Grecia se llamaban a sí mismos dánaos. También construyó la ciudadela de Argos, y sus hijas llevaron los Misterios de Deméter, llamados Tesmoforias, de Egipto, y los enseñaron a las mujeres pelasgas.

Cuando Dánao llegó a Argólida este país sufría una prolongada sequía, pues Posidón, ofendido por la decisión de Inaco de que el territorio pertenecía a Hera, había secado todos los ríos, y arroyos. Envió a sus hijas en busca de agua, con la orden de aplacar a Posidón por cualquier medio. Una de ellas, llamada Amimone, cuando perseguía a un ciervo en el bosque, molestó sin querer a un sátiro que dormía. El sátiro se levantó de un salto y trató de violarla, pero Posidón, a quien ella invocó, arrojó su tridente al sátiro. Éste, que huía, se escabulló y el tridente fue a clavarse en una roca, y Posidón yació con Amimone, quien se alegró de poder cumplir tan gratamente las órdenes de su padre. Al enterarse de cuál era su mandado, Posidón señaló su tridente y le dijo a Amimone que lo arrancase de la roca. Cuando ella lo hizo, tres corrientes de agua brotaron de los tres agujeros hechos por los dientes del tridente. Este manantial, llamado ahora el Amimone, es la fuente del río Lerna, que nunca se seca, ni siquiera en pleno verano.

Egipto envió entonces sus hijos a Argos y les prohibió que volvieran hasta que hubieran castigado a Dánao y toda su familia. A su llegada suplicaron a Dánao que revocara su anterior decisión y les permitiera casarse con sus hijas, pero con el propósito de asesinarlas en la noche de bodas. Como él volvió a negárselo, pusieron sitio a Argos. Ahora bien, no había fuentes en la ciudadela. Comprendiendo que la sed le obligaría pronto a capitular, Dánao prometió hacer lo que pedían los hijos de Egipto tan pronto como levantaran el sitio.

Se concertó una boda conjunta. Durante el banquete de bodas Dánao distribuyó en secreto agudos alfileres que sus hijas ocultaron en el cabello y a medianoche cada una de ellas clavó el suyo en el corazón de su marido. Sólo quedó un sobreviviente; por consejo de Ártemis, Hipermestra salvó la vida de Linceo porque éste había respetado su virginidad, y le ayudó a huir a la ciudad de Lincea, a sesenta estadios de distancia. Hipermestra le suplicó que encendiera un fuego de señal para hacerle saber que se había puesto a salvo, y ella contestaría del mismo modo desde la ciudadela. Al amanecer se enteró Dánao de la desobediencia de Hipermestra y fue sometida a juicio con peligro de su vida, pero los jueces argivos la absolvieron.

Las cabezas de los hombres asesinados fueron enterradas en Lerna y a sus cuerpos se le rindieron honores fúnebres bajo las murallas de Argos; pero los Jueces de los Muertos condenaron a las Danaides a la tarea interminable de transportar agua en cántaros perforados como cedazos.

Linceo e Hipermestra volvieron a unirse y Dánao decidió casar a sus otras hijas.
Linceo mató posteriormente a Dánao y reinó en su lugar. De buena gana habría matado también a sus cuñadas al mismo tiempo para vengar la muerte de sus hermanos, si los argivos se lo hubiesen permitido.

---------

Este mito es testimonio de la primitiva llegada a Grecia de colonos helenos provenientes de Palestina pasando por Rodas, y su introducción de la agricultura en el Peloponeso. Se sostiene que entre ellos había emigrantes de Libia y Etiopía, lo que parece probable: Belo es el Baal del Antiguo Testamento y el Bel de los libros apócrifos; había tomado su nombre de la diosa Luna sumeria Belili, a la que desposeyó.
El nombre sumerio de Dánae era Dam-kina. Los hebreos la llamaban Dinah (Génesis xxxiv), y también la masculinizaban como Dan. Cincuenta sacerdotisas de la Luna constituían la dotación regular de un colegio, y su deber consistía en mantener la tierra regada mediante encantamientos que producían la lluvia, el riego y la excavación de pozos; de aquí que el nombre de las Danaides se haya relacionado con la palabra griega danos, «reseca », y con danos, «un don».


El hecho de que Agenor y Belo fueran mellizos, lo mismo que Dánao y Egipto, indica que en Argos existía un sistema monárquico en el que cada co-rey se casaba con una Suma Sacerdotisa y reinaba durante cincuenta meses lunares, o la mitad de un Gran Año.

Linceo era un título regio también en Mesenia y significa «del lince», una especie de león famoso por su vista aguda.

«Egipto» y «Dánao» parecen haber sido títulos primitivos de los coreyes de Argos; y como era una costumbre muy difundida enterrar la cabeza del rey sagrado en los accesos de una ciudad, y protegerla así contra la invasión, las supuestas cabezas de los hijos de Egipto enterradas en Lerna eran probablemente las de sucesivos reyes sagrados.

A los egipcios los llamaban melampodos («pies negros») porque chapoteaban en el lodo negro del Nilo durante la estación de la siembra.

Una sociedad posterior y monógama representa a las Danaides con sus cántaros agujereados como castigo eterno por matricidio. Pero en la ilustración de la que se deriva esta fábula realizaban un encantamiento necesario: derramar agua en tierra para producir chaparrones mediante la magia simpática. Parece que el cedazo, o el jarro que hace agua, siguió siendo una marca distintiva de la mujer prudente muchos siglos después de la abolición de los colegios de danaides.



(He añadido aquí como imagen los comentarios que no he sabido importar desde wordpress)

2 comentarios:

  1. pues ya me queda claro

    besos.


    Giovanni.

    ResponderEliminar
  2. Muy interesante la explicación Danaide! Ahora a disfrutar de tus poemas!

    ResponderEliminar